Biden ha firmado al menos 37 órdenes ejecutivas en su primera semana. El récord para cualquier presidente, y más que los cuatro presidentes anteriores juntos. ¿Qué nos dicen estas órdenes, o cualquiera de sus otros movimientos, sobre los planes futuros de la administración demócrata? Nada bueno, lamentablemente.
Pasaportes de vacunación
Los que afirmaban que la implantación de pasaportes de vacunación (o pases de inmunidad) era sólo una «teoría de la conspiración» ya pueden estar contentos. Algunos medios de comunicación los están llamando «certificados de libertad».
Muchos países ya se están preparando para implementarlo, incluidos Islandia, el Reino Unido y Sudáfrica . La “Orden ejecutiva de Biden sobre la promoción de la seguridad de COVID-19 en viajes nacionales e internacionales” agrega a los Estados Unidos a esta lista.
Halcones imperialistas en su gabinete
El gabinete de Biden es elogiado como el «más diverso» de la historia, pero ¿la contratación de algunas personas «no blancas» realmente cambiará las políticas de décadas del imperialismo estadounidense? Ciertamente no lo parece.
Su elección para subsecretaria de Estado es Victoria Nuland, una belicista neoconservadora y una de las mentes maestras del golpe del Maidan en Ucrania en 2014. Está casada con Robert Kagan, otro belicista neoconservador, cofundador del Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense y miembro principal del Brookings Institute, así como uno de los autores intelectuales de la invasión de Irak en 2003.
El secretario de Estado entrante, Antony Blinken, también es un imperialista empedernido. Aboga por cada intervención militar estadounidense desde la década de 1990 y critica la decisión de Trump de retirarse de Siria.
La elección de Biden para Secretario de Defensa es el primer afroamericano nombrado para este cargo, pero el ex general Lloyd Austin difícilmente será una voz «progresista» en su gabinete. Es un soldado de carrera que se retiró del ejército en 2016 para unirse a la junta de Raytheon Technologies, un fabricante de armas y contratista militar.
Tan “diverso” como este gabinete puede ser en color de piel o género, ciertamente no contiene ninguna “diversidad” de opinión o de política. Hay muy pocas caras nuevas y no hay pensamientos nuevos.
Irak
A pesar de la fuerte resistencia del ejército y de las cloacas del Esatdo, Donald Trump quería poner fin a la guerra en Irak y se comprometió a sacar a las tropas estadounidenses del país. Esta fue una de las políticas más populares de Trump y, durante la campaña, Biden no mencionó la intención de revertir esa decisión.
Luego, el mismo día de la toma de posesión de Biden, el ISIS llevó a cabo su atentado suicida más mortífero durante más de tres años. De repente, la situación es demasiado inestable para que Estados Unidos se vay, y Biden se ve obligado a «revisar» la retirada planificada de Trump .
El parlamento iraquí ha dejado en claro que quiere que Estados Unidos retire a sus fuerzas armadas de su territorio, por lo que cualquier fuerza estadounidense en territorio iraquí está técnicamente allí ilegalmente en contravención del derecho internacional. Pero eso nunca ha sido un problema para los demócratas.
Afganistán
Resulta que Estados Unidos tampoco puede retirarse de Afganistán. En febrero pasado, Trump firmó un acuerdo con los talibanes por el que todo el personal estadounidense saldría de Afganistán en mayo de 2021.
Joe Biden ya se ha comprometido a «revisar» este acuerdo. Anthony Blinken fue citado diciendo que el administrador de Biden quería «poner fin a esta llamada guerra eterna, pero también conservar cierta capacidad para hacer frente a cualquier resurgimiento del terrorismo, que es lo que nos llevó allí en primer lugar”.
Estados Unidos no se retirará de Afganistán, y si existe alguna presión pública para hacerlo, el gobierno simplemente afirmará que los talibanes rompieron su parte del trato primero, u organizarán algunos ataques terroristas.
Siria
Lejos de continuar las guerras en curso, ya hay señales de que el equipo «diverso» de Biden se buscará intensificar, o incluso iniciar, otros conflictos.
Siria era otro escenario de guerra del que Donald Trump quería sacar a Estados Unidos, ordenando unilateralmente que todas las tropas estadounidenses abandonaran el país a fines de 2019.
Ahora sabemos que el Pentágono ignoró esas órdenes. Le mintieron al presidente, diciéndole a Trump que habían seguido sus órdenes… pero sin retirar a un solo hombre. Este motín organizado contra el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se jugó como una broma en los medios de comunicación cuando se reveló.
No habrá necesidad de más motines ahora que Biden está en la Casa Blanca, ya que fue un crítico voraz de la decisión de retirarse, alegando que esta retirada le dio al ISIS una «nueva vida». De hecho, a los dos días de haber prestado juramento, una columna de vehículos militares estadounidenses fue vista entrando en Siria desde Irak .
«Terrorismo doméstico»
Biden ha iniciado una polémica relativa a las llamadas «marchas supremacistas» como un peligro para la seguridad nacional y que sus analistas más cercanos han llamado «terrorismo doméstico», en lo que parece ser que está en ciernes una ley antiterrorista dirigida a los movimientos políticos armados que están surgiendo a lo largo y ancho del territorio.
En el plano formal, la norma parece ir dirigida a determinados movimientos fascistas, pero quienes critican la posible «ley de terrorismo nacional» argumentan que ya hay docenas de leyes federales sobre delitos de terrorismo, delitos de odio y crimen organizado que se pueden aplicar a los actos terroristas nacionales.
Y más de 130 grupos civiles y de derechos humanos advirtieron que la creación de una acusación de terrorismo nacional podría usarse como un vehículo para perfilar racialmente y apuntar a comunidades marginadas.
Fuente: Off Guardian