Ya sabemos quién va a pagar la burbuja financiera de 620.000 millones de dólares

En medio de una guerra, las grandes potencias sufren una segunda derrota que no esperaban, en un campo de batalla que creían suyo: las finanzas mundiales. Janet Yellen, la Secretaria del Tesoro estadounidense, estaba más preocupada por rescatar a Ucrania que al sistema bancario estadounidense.

No aciertan ni una. La empresa consultora KPMG dio por válidas las cuentas de SVB y Signature Bank en las auditorías que realizó muy pocos días antes del hundimiento de ambos bancos. Menos de un mes antes del colapso, la revista Forbes decía que SVB era uno de los mejores bancos de Estados Unidos.

Como tantos otros, durante la pandemia el SVB se aprovechó del dinero fácil. El banco lo utilizó para comprar bonos del Tesoro a largo plazo y triplicó sus activos.

Cuando se acabó la pandemia, la FED empezó a subir los tipos de interés para combatir la inflación. Un bono que costaba 100 dólares en términos relativos cayó a 80 dólares. Lo que parecía muy sólido se convirtió en humo.

En Estados Unidos otros tres bancos están al pie de los caballos: First Republic Bank, Pacific Westerns y Western Alliance. En Reino Unido la sucursal del SVB la ha comprado HSBC por el módico precio de una libra. En Alemania la filial local ha sido cerrada por el gobierno. Es sólo la parte visible de la burbuja que está empezando a estallar tras el colapso del SVB.

El director de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos ha advertido de que los bancos de todo el país acumulan 620.000 millones de dólares en “pérdidas latentes”. Se trata de activos que se han depreciado pero cuyas pérdidas no aparecen en la contabilidad porque aún no se han vendido.

Ayer la FED apuntó tres líneas de actuación adicionales. La primera es que va a garantizar los depósitos de los bancos, incluido el SVB, y que los depositantes no van a sufrir pérdidas. La segunda es que comprará todos los bonos por su valor nominal y no por su valor de mercado. La tercera es que las subidas de tipos se han acabado y hay que volver a los tiempos del dinero fácil.

Pero la tarea parece imposible porque hay más de 23 billones de dólares en depósitos en el sistema bancario de Estados Unidos y no es posible garantizar ese volumen de deudas, ni de lejos.

La FED ha enseñado algo importante a los especuladores de cara al futuro: los bonos del Estado ya no tienen valor de mercado. No existe un mercado libre de bonos. Su precio no cambia. Valen siempre lo mismo y la FED los recompra  a ese precio, independientemente del valor de mercado. No puede haber más pérdidas por comprar bonos públicos porque su precio no puede bajar.

Eso aleja el fantasma de un colapso bancario a corto plazo y nuestra pregunta de ayer ya tiene respuesta: la FED va a tapar el agujero con más papeles, más deuda y más ingeniería financiera. El capital financiero está atrapado en un círculo vicioso. No sabe hacer otra cosa que seguir llenando de aire la burbuja.

Por supuesto que la política de restricción monetaria se acaba aquí. La FED no volverá a subir los tipos de interés. Por lo tanto, cabe esperar que la inflación siga disparándose. El precio de la burbuja financiera lo pagarán los trabajadores con una reducción de sus salarios reales.

Es lo mismo de siempre: los beneficios se los llevan los capitalistas y las pérdidas las pagan todos los demás.

Ahora hay que ver si el Banco Central Europeo va a hacer lo mismo, es decir, seguir pagando la ruina económica del sistema financiero con más papeles y hasta cuándo.

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