Se filtran 80.000 documentos internos sobre los efectos secundarios de la vacuna de Pfizer

Se han filtrado unos 80.000 documentos internos sobre los efectos secundarios de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer, que se han publicado en internet (1). El trabajo de descifrar las anomalías es descomunal. Algunos trabajan en ello por su cuenta, pero ¿cómo pueden tener éxito solos, o incluso con un pequeño equipo, cuando se enfrentan a una montaña de datos recopilados por cientos de individuos y millones de dólares? Requiere habilidades que pocos tienen, y entre ellas una mente crítica, cualidades que están desapareciendo.

¿Cómo puede salir la verdad de una obra así? ¿Quién será capaz de elaborar una síntesis clara y creíble, accesible para el público en general?

¿Cómo pudieron los orgaismos reguladores analizar esos documentos en tan poco tiempo para validarlos? Es una muestra de la fragilidad de los procesos de validación de los medicamentos. ¿Son capaces de detectar fallos que están deliberadamente enterrados en cientos de miles de piezas de información? La historia de los medicamentos, con sus “accidentes”, ha demostrado que no son capaces de hacerlo con los expedientes más sencillos.

Hoy, con la prohibición de cuestionar la información oficial, se tardará aún más. Las numerosas condenas y liquidaciones económicas de los laboratorios por fraudes, errores o insuficiencias, no parecen haber empañado en absoluto la confianza en ellos, que siguen con los mismos métodos, con la ayuda de los dólares. Peor aún, esta vez han sido absueltos de antemano.

Sasha Latypova es una de las personas que ha analizado la documentación interna de Pfizer. Es ucraniana y vive en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en la industria farmacéutica, trabajando en el desarrollo, la validación, la aceptación normativa y la comercialización de nuevas tecnologías clínicas y de biomarcadores. Ha analizado 468 páginas de los documentos y habla de fraude científico por parte de Pfizer, pero también de la FDA (2).

Según Latypova, el programa de Pfizer no incluía pruebas exhaustivas de todos los componentes de la vacuna aprobada. Los estudios incluidos en el expediente de aprobación se realizaron sobre diferentes versiones del producto, por lo que no se puede hacer una evaluación completa de la seguridad de la vacuna.

“Las omisiones de los estudios de seguridad estándar y la flagrante deshonestidad científica en los estudios realizados son tan evidentes que no pueden atribuirse a la incompetencia de los fabricantes y los reguladores. Más bien debe plantearse la cuestión de la negligencia intencionada”, asegura Latypova.

Tanto la FDA como Pfizer “fueron muy deshonestos y ofrecieron una tecnología y un producto totalmente nuevo a millones de personas sin una sola evaluación de seguridad bien diseñada”.

“Es inaceptable que un fabricante de productos farmacéuticos no investigue la posibilidad de que su producto dañe los principales sistemas orgánicos, no es aceptable que sustituya el producto por un sustituto o una versión diferente, alegue una comparabilidad teórica y luego afirme que no hay riesgo para los principales órganos humanos”, concluye Latypova.

(1) https://phmpt.org/pfizers-documents/
(2) https://home.solari.com/review-of-pfizers-non-clinical-program-by-sasha-latypova/


La versión anterior de esta entrada, en la que se informaba de la detención del vicepresidente de Pfizer en Canadá, es errónea, por lo que pedimos disculpas a nuestros lectores.

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