Putin emprende un purga de los aparatos fundamentales de gobierno de la Federación Rusa

Tom Luongo

A mediados de mes el gobierno ruso dimitió. El día anterior Putin había pronunciado su discurso sobre el estado de la nación y presentó una lista de reformas constitucionales.

El plan de Putin supone un cambio de las estructuras de poder en todos los niveles, desde las autoridades municipales hasta el presidente. Delega una parte de las competencias presidenciales en la legislatura y el Consejo de Estado, al tiempo que refuerza la capacidad del Tribunal Constitucional para revisar la legislación.

Además, el Primer Ministro Dmitry Medvedev disolvió el gobierno y dimitió de su cargo y Putin sugirió a Mijail Mishustin, el jefe del Servicio de Impuestos Federales, para sustituirle. La Duma Estatal aprobó la recomendación y Mishustin prestó juramento.

Desde hace años está claro que Putin se ha embarcado en la segunda fase de un plan a largo plazo para reformar el Estado. En la primera rescató al país del colapso económico y social en que lo habían dejado Gorbachov y Yeltsin.

Putin recuperó el control sobre los recursos estratégicos del Estado, reconstruyó la economía así como la defensa militar.

En Occidente, estos eventos han sido manipulados para sugerir que Putin estaba consolidando su poder. Según los informes iniciales, eliminaría la restricción de dos mandatos consecutivos en el cargo de Presidente, lo que allanaría el camino para que siguiera en el cargo después de que expire su actual mandato en 2024.

Es al revés. La propuesta de Putin es eliminar la palabra “consecutivo” de la Constitución, especificando que un presidente no puede servir más de dos mandatos. Además, debe haber residido en Rusia durante los últimos 25 años.

Los acontecimientos de los últimos días en Rusia son el resultado de años de trabajo de Putin para purgar el gobierno ruso y el Kremlin de la quinta columna atlantista y la corrupción, que ha carcomido la mayor parte de los veinte años de Putin en el poder.

Reformó una economía excesivamente dependiente de los ingresos del petróleo y el gas y advirtió a los directores generales de Gazprom, Rosneft y Sberbank que estaban demasiado expuestos al dólar estadounidense en los años anteriores a la caída de los precios del petróleo..

En 2014 aprovechó la caída de los precios del petróleo para recuperar el control del Banco Central y el sector financiero.

Con la crisis como pretexto, Putin acabó con la dependencia de la economía rusa de Occidente. Durante los primeros años del auge de su presidencia, los ingresos del petróleo fortalecieron tanto las arcas del Estado ruso como a los llamados oligarcas, contra los que Putin luchó activamente por el control de los recursos del país.

Cuando en 2014 Estados Unidos sancionó a Rusia por la reunificación con Crimea, los grandes monopolios tuvieron que acudir a Putin para que los rescatara. Su deuda denominada en dólares fue cambiada por deuda en euros y rublos a través del Banco de Rusia, y pidió al banco central que dejara caer el rublo, que dejara de defender su cotización.

Soportar el choque inflacionario era peligroso pero necesario para que Rusia se convirtiera en una fuerza económica verdaderamente independiente.

Desde entonces, la lucha contra la burocracia enquistada por el FMI en el Banco de Rusia ha sido una lucha para definir la política monetaria según las necesidades de Rusia y no según lo que el capital financiero internacional exige.

Putin entiende que una Rusia desbordante de petróleo es una Rusia gobernada por la salida fácil. Se está volviendo perezosa. Contrariamente a la opinión popular, Putin no quiere que el precio del petróleo baje a casi 100 dólares el barril.

Debido a que la ventaja comparativa de Rusia en materia de petróleo y gas es tan elevada en comparación con todas las demás en el escenario mundial, y también con otras industrias nacionales, el dinero retrasa la innovación y la inversión en nuevas tecnologías y la expansión de la economía nacional del país.

Ese ha sido el objetivo de Putin desde hace algún tiempo. El petróleo y el gas son activos geoestratégicos que fortalecen la posición de Rusia como potencia regional, construyendo lazos con sus nuevos socios y abriendo nuevos mercados para las empresas rusas.

Al mismo tiempo, los grandes conglomerados industriales se están privatizando, con empresas como Gazprom y Rosneft vendiendo sus propias carteras de valores para recaudar capital y ponerlo en manos públicas.

En los próximos días veremos que en el nuevo gabinete los candidatos a varios ministerios vendrán de partidos distintos a Rusia Unida. Sin introducir la palabra “coalición” en su vocabulario, Putin ha preparado el terreno para la creación de una gran alianza que para sustituir el dominio de un partido, Rusia Unida.

El resultado de la decisión de delegar los nombramientos ministeriales en la Duma es asegurar que el futuro Presidente se rodee por un gabinete formado por todo el arco parlamentario, incluido el Primer Ministro.

Una vez que se aprueben las reformas constitucionales, Putin las someterá a referéndum.

https://tomluongo.me/2020/01/17/putin-purged-west-kremlin/

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