Pandemia: un gran negocio también para los monopolios tecnológicos que ya han puesto en marcha el panóptico

Desde el comienzo de la pandemia, una legión de empresas, desde gigantes tecnológicos hasta otras de reciente creación relativamente desconocidas, se ha apresurado a aprovecharse de la ola de histeria. El gran choque de la industria de la salud que estaban esperaban ha llegado, por fin.

En marzo el Primer Ministro británico, Boris Johnson, convocó una reunión con las empresas de atención médica, los gigantes de la tecnología y los principales monopolios del negocio sanitario (1) para discutir la mejor manera de rentabilizar la histeria. El gobierno británico permitió a Amazon, Microsoft, Google y Palantir, acceder a millones de historiales médicos (2), cruzando bases de fuentes diversas, incluidos los datos de las pruebas de coronavirus.

Empresas como EverlyWell, Let’s Get Checked (3) y CircleDNA, que venden equipos de análisis genéticos y de sangre para uso doméstico, se han apresurado a lanzar nuevas pruebas para el coronavirus.

La pandemia ha sido una oportunidad única para que las empresas tecnológicas se apoderen de las bases de datos sobre la salud de millones de personas, hasta ahora confidenciales y sujetas a cierto control legal y judicial.

La pandemia ha roto todas las costuras de los derechos y libertades fundamentales. Los modelos sanitarios de inteligencia artificial requieren acceder a enormes bases de datos para ser operativas y, en consecuencia, rentables. Los gobiernos necesitaban un pretexto para ponerlas a disposición de las empresas tecnológicas y ese momento acaba de llegar.

Palantir, una empresa de minería de datos creada por la CIA, que firma regularmente contratos multimillonarios con las instituciones públicas, se ha puesto a almacenar las bases de datos sanitarias de Gran Bretaña por el módico precio de una libra esterlina. Es un chollo por el que la empresa hubiera estado dispuesta a pagar mucho dinero.

Otra forma es que las empresas formen sus propias bases de datos sobre salud, obtenidas directamente de los pacientes y familiares. Google era muy consciente de ello cuando a finales del año pasado compró FitBit por 2.100 millones de dólares (4), y el director general de FitBit también era consciente de ello cuando dijo que lo importante son los datos (5).

Así se explican los interminables rebrotes. En muchos países las empresas tecnológicas van casa por casa para convencer a los vecinos de que se hagan las pruebas de coronavirus e incluso genéticas. La empresa 23andme, que se dedica a rastrear la genealogía de las personas basándose en su ADN, ganó varios millones de dólares vendiendo la información sanitaria y genética que había acumulado (6) a los gigantes farmacéuticos, a las aseguradoras y las empresas de biotecnología.

Una vez que los datos sobre la salud salen al mercado se pueden comercializar de muchas maneras diferentes, a pesar de que el fundamento científico de las previsiones sea absurdo (7).

Las aseguradoras compran la información para otorgar descuentos y deducciones en las pólizas, una especie de “seguro de enfermedad a la carta”.

Los datos genéticos en poder de empresas privadas se ponen a disposición de la policía (8), naturalmente sin el consentimiento de las personas afectadas, sin su conocimiento y vulnerando las leyes de confidencialidad de los historiales médicos y de los datos personales.

A las empresas hay que sumar los rastreadores, los “gorrillas sanitarios” que siguen cada uno de nuestros movimientos con aplicaciones que han instalado en los móviles para “luchar” contra un virus cuya omnipresencia mediática es fundamental para justificar el entramado panóptico.

Cuando la izquierda domesticada y los defensores de los derechos humanos quieran reaccionar, será muy tarde. Su papel será el de siempre: echarse a llorar, lamentarse… “Yo no sabía”, “yo creía”, “tenía miedo al contagio”, “nadie me informó”…

(1) https://www.theguardian.com/business/2020/mar/13/johnson-urges-top-uk-tech-firms-to-join-coronavirus-fight
(2) https://www.washingtonpost.com/opinions/2020/05/21/why-are-we-trusting-company-with-ties-ice-intelligence-agencies-collect-our-health-information/
(3) https://www.letsgetchecked.com/articles/letsgetchecked-announces-new-two-parttest-for-coronavirus-to-help-frontlinehealthcare-workers-combat-covid-19/
(4) https://investor.fitbit.com/press/press-releases/press-release-details/2019/Fitbit-to-Be-Acquired-by-Google/default.aspx
(5) https://www.zdnet.com/article/fitbits-healthcare-unit-to-deliver-100-million-in-revenue-in-2019/
(6) https://www.forbes.com/sites/nicolemartin1/2018/12/05/how-dna-companies-like-ancestry-and-23andme-are-using-your-genetic-data/#715f18b96189
(7) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5945588/
(8) https://www.nytimes.com/2018/04/27/health/dna-privacy-golden-state-killer-genealogy.html

Más información:
– Empresas informáticas creadas y subcontratadas por la CIA: el Caso Palantir
– Tecnología, clases sociales y lucha de clases
– Nos acechan, nos vigilan, nos controlan, nos espían y… nos venden al mejor postor
– La CIA se apodera de los historiales médicos de millones de enfermos británicos (gracias al coronavirus)

– El panóptico medicalizado se puede utilizar para cazar a los homosexuales en su propio ambiente

comentarios

  1. El siguiente video, entre otras cosas de sumo interés trata sobre la falsedad de las pruebas de coronavirus al uso: youtube.com/watch?v=mVpcYOl4QPw

    1. He visto el video del enlace esta mañana mientras planchaba y quiero dejar mi crítica, despiadada y brutal. Sabía que los mocos servían para hidratar las mucosas y prevenir la formación de colonias bacterianas; hoy he aprendido que sirven tampién para absorber y expulsar exosomas. Como alguien dijo en este medio, “si entra bien, desconfía”. Me ha parecido un ejemplo paradigmático de cómo se difunde la propaganda hoy en día. Se constatan los siguientes fenómenos:

      1- Debido al descrédito creciente de la TV, prensa y radio, los medios de propaganda burgueses deben complementarse con Wassap y Youtube para llegar a capas de la población que se han vuelto desconfiados ante cualquier información oficial e incluso han dejado de practicar el acto de masoquismo en el que se ha convertido ver una TV que amenaza con multas e infunde el miedo a la enfermedad.

      2-Se presenta la información como crítica con el poder e independiente, emitida por una persona a título particular, con la cual nos podemos sentir identificados. Esto logra que seamos receptivos al mensaje y que se supere la desconfianza producto de décadas de mentiras y manipulación.

      3-Entre críticas y verdades como puños, se añaden mensajes de la clase dominante.

      4-La función de estos mensajes es doble: difundir la ideología burguesa y también estudiar el clima social, en función de la propagación de los videos, como herramienta de estudio de la sociología burguesa, herramienta más precisa que las obsoletas y costosas encuestas.

    2. Esta técnica ya se estaba utilizando en los anuncios publicitarios, propaganda comercial impregnada de valores burgueses.
      El mejor anuncio que vi últimamente fue el publireportaje de La Sexta sobre los almacenes de ropa “Primark”, en el antiguo edificio de los almacenes Sepu en Madrid, “más barato y mejor”.
      Se presentaba como un reportaje de investigación, que con música truculenta, iba poniendo al descubierto las prácticas monopolistas que arruinaban al pequeño comercio, la evasión de impuestos, las condiciones de trabajo y explotación de los subcontratados en Madrid y las condiciones laborales en las fábricas de Bangladesh, propias del Manchester de 1867.
      Después de tragarte una hora de “reportaje”, te queda una idea muy clara: los precios de los productos son extremadamente bajos, casi obscenos.

      En el caso del video del enlace, al final, se introducen ideas burguesas muy en boga, que la burguesía quiere popularizar:

      1- Identifica el monopolio que la burguesía monopolista hace del estado, con el estado comunista, para que la clase obrera se desmoralice y piense que la sustitución de régimen a través de grandes sacrificios, cuando no el martirio, no merece la pena; y para intentar que la pequeña burguesía no se entere de por dónde le están cayendo las hostias.
      2- Presenta a Rockefeller como el financiador y artífice de la revolución rusa. Una idea muy burguesa, pues su elitismo les lleva a creer que la clase obrera y el movimiento obrero son incapaces de organizarse y hacer historia.
      3- Persiste en la idea de presentar a la burguesía como una clase social cohesionada organizada a nivel internacional, y no dividida y compitiendo organizada en estados burgueses nacionales, como acaba de demostrar el Reino Unido cortando de un plumazo el flujo de divisas hacia el estado español. Este galimatías surge como explicación de un fenómeno constatado: la supeditación de las políticas de los estados burgueses de países secundarios, al dictado de las potencias que juegan un papel principal.

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