Los antivacunas rusas del Consejo de Europa

Hay varias corrientes entre los antivacunas. Una de ellas es la que se opone sólo a la vacuna rusa porque es rusa, como la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa o la OMS. En consecuencia, no hay opción: no sólo las vacunas contra el coronavirus son obligatorias en la práctica sino que, además, la obligación llega hasta la imposibilidad de elegir la vacuna con la que alguien se puede incular.

Los que se han vacunado con la vacuna rusa es como si no se hubieran vacunado. Por lo tanto, no pueden obtener su pasaporte sanitario y, en consecuencia, no pueden trar a nigún local. Para conseguir su pasaporte deberán vacunarse por segunda vez, con consecuencias médicas insospechadas.

Hace unos días les comunicaron a los miembros de la delegación rusa del Consejo de Europa que no pueden viajar por Francia. Se les ha negado el acceso a la sesión que se ha inaugurado esta semana. Tampoco pueden caminar libremente por Estrasburgo. No pueden ir y venir del hotel a la sede del edificio. A los empresarios rusos les ocurrirá lo mismo, y a los deportistas rusos, etc. En resumen, se trata de hacer la vida imposible en Europa para los rusos.

Por lo tanto, Rusia se tendrá que replantear su pertenencia al Consejo de Europa y a otras instituciones internacionales que tengan su sede en los paíes miembros. El presidente de la cámara baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, ya lo ha dejado caer.

El Consejo de Europa es el típico organismo creado por Estados Unidos durante la Guerra Fría para estrechar el bloqueo en torno a la URSS, y nunca ha sabido suavizar su marchamo originario. Hoy es el foro por antonomasia de la rusofobia en Europa.

¿Qué pinta Rusia en un circo de ese tipo? Algunos proponen que la delegación rusa participe a distancia. Incluso podrían quedarse en Moscú y seguir desde allá las sesiones… De esa manera se consolida la discriminación: unos actúan presencialmente, mientras los rusos a través de una pantalla de plasma.

Rusia se ha visto sorprendida en sus propias trampas. No ha querido mantener una postura independiente, ni en cuanto a su participación en el Consejo de Europa, ni en cuanto a la pandemia.

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