La televisión bielorrusa difunde la conversación sobre la falsificación del envenenamiento de Navalny

El canal de televisión bielorruso ONT ha difundido la conversación interceptada entre dos representantes de Alemania y Polonia sobre el envenenamiento de Alexei Navalny. En la pista de audio se escucha que ambos aluden al envenenamiento diciendo que no es importante porque “la guerra está en marcha” y “todos los métodos son buenos”.

La grabación contiene negociaciones entre Berlín y Varsovia por vía telefónica. En ella le preguntan a una persona, que se presenta como un representante alemán llamado Nick, si el envenenamiento está confirmado. El hombre señala que no es necesario porque “en la guerra todos los métodos son buenos”.

“Aparentemente todo marcha de acuerdo con el plan… El asunto Navalny está listo. Será transferido a la administración de la canciller. Estamos esperando su declaración”, dice el hombre que se presenta como representante del gobierno de Berlín.

“¿Se confirma el envenenamiento?”, pregunta el interlocutor, que se presenta como un representante del gobierno de Varsovia llamado Mike en la grabación. “Mira Mike, no importa. La guerra está en marcha… Y durante la guerra, todos los métodos son buenos”, responde el otro.

El 3 de septiembre Lukashenko le informó al primer ministro ruso Mijail Mishustin que la inteligencia de su país había interceptado una conversación entre Varsovia y Berlín que mostraba que las declaraciones del gobierno alemán sobre el envenenamiento de Navalny eran una falsedad. Lukashenko prometió entregar la grabación a los servicios de inteligencia rusos.

En la grabación el representante de Varsovia dice que el intento de Putin de “meter las narices” en los asuntos de Minsk y “abrumarlo” con los problemas de Rusia se tenía que acabar.

“La manera más efectiva de hacerlo es sumergirlo en los problemas de Rusia. ¡Hay bastantes! Además, pronto tendrán elecciones, votando en las regiones de Rusia”, dice el representante de Polonia.

“Esto es lo que estamos haciendo”, responde su interlocutor.

Navalny ingresó en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Omsk, en Siberia, el 20 de agosto. Se desvaneció en un avión con destino a Moscú.

Según las primeras pruebas realizadas por los médicos en Omsk, los trastornos metabólicos causaron una hipoglucemia grave. Más tarde declararon que no se había detectado ningún veneno en su sangre y orina.

Luego fue transferido al Hospital de la Caridad de Berlín. El 2 de setiembre el gobierno alemán declaró que había sido envenenado por un agente tóxico “de tipo novitchok”. Pero eso es una chapuza. En toxicología si no se identifica el veneno es porque no hay tal veneno.

En los medios convencionales presentan al novitchok como un veneno mortífero, pero hasta ahora no ha matado a nadie.

El ejército alemán tampoco ha enviado su informe sobre el envenenamiento a Rusia para que pueda ser comprobado por los expertos de aquel país.

Si el gobierno ruso hubiera intentado envenenar a Navalny, no tiene sentido que le dejaran marchar para que pudiera ser examinado en Alemania, donde deberían haber detectado el tóxico.

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