La naturaleza clasista del confinamiento: el caso de Rusia

El 84 por ciento de los niños rusos confinados en sus casas presentan síntomas más o menos graves de trastornos mentales, según una investigación del Ministerio de Salud.

La mitad de los trastornos son depresiones y la otra mitad astenias, sin mencionar la desmotivación por el aprendizaje.

El Ministerio de Sanidad ruso ha publicado los resultados de un estudio sobre las consecuencias de la enseñanza a distancia (*) que confirma las preocupaciones de quienes reclaman el fin del confinamiento.

Hay que aclarar que la investigación se ha llevado a cabo sólo en las escuelas públicas porque sólo en ellas han impuesto la enseñanza en línea, lo cual demuestra, por enésima vez, la naturaleza clasista y no sanitaria de la pandemia. ¿Acaso el virus circula más en las escuelas privadas que en las públicas?

El hecho es que, una vez más, han sido los niños más desfavorecidos los que se han visto sometidos a un experimento de desocialización y enseñanza a distancia cuyas peores consecuencias se manifestarán a largo plazo.

Ninguno de estos experiimentos absurdos tienen explicación: los negocios -igualmente privados- de hostelería se deben cerrar por el toque de queda, pero las escuelas privadas deben permanecer abiertas porque -al parecer- el virus se frena a sus puertas.

El cierre de las escuelas públicas es, pues, otro experimento de educación a distancia, que supone la negación misma de la educación a aquellos niños que no se pueden pagar una formación presencial. En otras palabras, es el fin de la educación universal.

Lo que no podemos ni siquiera suponer como hipótesis es que al gobierno ruso no le importa la salud de los niños ricos y por eso permite que se contagien yendo a la escuela.

Evidentemente es al revés: lo que no le importa es la salud de los niños pobres y con el pretexto de su salud física aniquila su salud síquica. De ahí que, como otros gobiernos del mundo, el ruso haya comenzado a incrementar los presupuestos dedicados a la atención sicológica y a la salud mental… aunque la atención sicológica sea también a distancia, es decir, que nunca podrá ser tal atención.

Están habituando a los niños desde pequeños a permanecer encerrados en sus casas, con un móvil en la mano o ante una pantalla de televisión. Es el intento de destruir una generación y moldear una sociedad de discapacitados permanentes.

(*)https://www.kommersant.ru/doc/4616598?from=main_11

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