La lucha contra la opresión nacional es un campo de minas

Juan Manuel Olarieta

La lucha contra la opresión nacional es el típico campo de minas al que la burguesía arrastra a las organizaciones del proletariado para aplastarlas de una manera bastante sencilla. El proletariado se introduce en la trampa movido por un poderoso cebo: en definitiva, se apresta a defender una causa aparentemente justa, que es la de las naciones oprimidas. De esa manera, se desangra a medida que van explotando bajo sus pies todos y cada uno de los explosivos que la burguesía ha ocultado cuidadosamente.

Una de esas minas es la de que la opresión justifica casi cualquier cosa. Las naciones oprimidas (y las colonias) son intocables por el mero hecho de serlo. Cuando no es sólo la opresión de una nación sino la de un continente entero y cuando la naturaleza política de los movimientos populares a duras penas va más allá de la liberación nacional, parece obligado callarse la boca: ningún extranjero (sobre todo si es originario de un país colonizador) puede hacer otra cosa que lamentarse y seguir la corriente.

En Latinoamérica la inmunidad se extiende a la burguesía nacional, que juega el papel de víctima como nadie, de tal manera que una crítica a Bolívar, por ejemplo, se convierte en un ataque a Venezuela o incluso a toda América Latina. La figura de Bolívar debe quedar como la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro en plena Semana Santa. Marx tuvo que equivocarse. Necesariamente. Quien resulta intocable no es Marx sino Bolívar.

La burguesía ha convertido a Bolívar en una figura de culto, en un mito Libertador y en los años sesenta los revisionistas hicieron lo propio, lo que les caracteriza (seguidismo respecto de la burguesía) reconvirtiendo al héroe de una clase social en el héroe de la otra. Según el revisionismo Venezuela necesitaba menos Marx y más Bolívar. El país no estaba maduro para el socialismo sino que debía atravesar uno de esos procesos previos de liberación nacional y de lucha contra el imperialismo que conducen siempre a una línea política muy cómoda: luchamos contra un enemigo extranjero (el imperialismo) de la mano de «los nuestros» (la burguesía).

¿Qué tenía Bolívar que Marx no supiera apreciar?, ¿estaba mal informado alguien tan meticuloso como él que hizo de la información una obsesión? Algunos lo explican recurriendo al «eurocentrismo», lo que es harto significativo. Las opiniones de Marx sobre Bolívar podrán ser erróneas (que no lo son) pero no como consecuencia de ningún eurocentrismo. Por el contrario, la defensa a ultranza de Bolívar es típicamente burguesa y lo más significativo es que no creo que nadie en Catalunya -por ejemplo- saque las uñas porque alguien llene de lodo a una figura como Prat de la Riba.

Sobre México Marx y Engels no escribieron absolutamente nada. Se limitaron a referirse al país incidentalmente en unos pocos escritos y cartas, todas ellas redactadas entre 1848 y 1864. Caben en una pequeña cuartilla y sobra papel. En sus comentarios Engels afirma algo sobre la situación previa del país que nadie ha desmentido, por lo que habrá que darlo por bueno: a medidos del siglo XIX México se encontraba desgarrado por «perpetuas guerras civiles» y a punto de caer en el «vasallaje industrial» de Inglaterra. Cuando Estados Unidos se apoderó de Texas y California el país centroamericano fue «lanzado al movimiento histórico», escribió Engels, del mismo modo que la historia moderna de España empieza con la invasión por las tropas napoleónicas de 1808.

Lo que diferencia a Marx y Engels de la burguesía nacionalista es que ellos no exponen ningún proceso histórico de manera unilateral. Engels refiere los dos aspectos divergentes de la conquista de Texas y California. Alude a la vulneración de «principios morales» como la independencia o la justicia, que son los únicos que las plañideras nacionalistas lamentan, pero valora otros aspectos que, incluso, resultan favorables a México, según Engels. Por consiguiente, no se pronuncia contra México, como dicen los nacionalistas, sino a favor de México. No se refiere al beneficio de Estados Unidos sino al del propio México.

Engels no tiene las estrechas miras de la burguesía (la pérdida de una parte del territorio), sino que lleva su análisis muy lejos: la apertura de las minas de oro de California -dice- interesa al desarrollo de América entera porque se trata de un acontecimiento histórico de primera magnitud. Junto con el ferrocarril que de costa a costa unió a Nueva York con San Franciso, California imprimió una nueva orientación al comercio mundial incorporando por primera vez al Océano Pacífico al comercio mundial («a la civilización», dice Engels).

Para los cortos de vista los artículos de Engels se prestan hoy a una manipulación estúpida, también típica del cretinismo burgués, por lo que parece necesaria otra aclaración: en aquella época, mediados del siglo XIX, el capitalismo no había entrado en su etapa imperialista y Estados Unidos no desempeñaba el papel que hoy desempeña, ni en América Latina ni en el mundo, sino más bien todo lo contrario, era la locomotora más avanzada de América, mientras que no cabe decir lo mismo de México. Es cierto que la «doctrina Monroe» (América para los americanos) no era nada inocente (América para los norteamericanos). Estados Unidos trataba de expulsar a Inglaterra (y a los europeos, en general) del continente. Sin embargo, ¿hubiera sido preferible para México el vasallaje industrial de Inglaterra al que se refería Engels?

A mediados del siglo XIX la situación de México era tan lamentable que en 1863, después de perder Texas y California, el país entero cayó bajo las garras de Maximiliano, que estableció un imperio… francés. Pero no sólo fue México. En aquella época las fronteras no tenían el significado que ahora tienen y países enteros se compraban y se vendían como mercancías. Francia vendió Luisiana, Rusia vendió Alaska, España vendió Florida… y si no había acuerdo sobre el precio, un país aún podía expandir sus dominios a las bravas, como hizo Estado Unidos con Puerto Rico (a costa de Puerto Rico y de España) en 1898.

Salvo en la época de la Unión Soviética, en el derecho internacional siempre ha imperado la «ley de la bandera», según la cual las fronteras de un país llegan hasta donde la fuerza del ejército sea capaz de sostenerlas. El caso reciente de Crimea ha vuelto a demostrar que las fronteras son una especie de termómetro que mide la capacidad de un ejército y, por consiguiente, de un Estado. ¿Qué opinión puede merecer un Estado y un ejército que no son capaces de defender sus fronteras? Pues bien: despues de perder Texas y California, México siguió perdiendo más territorios y no reaccionó hasta la gran revolución de 1911. El México que hoy conocemos no empieza con el «Grito de Dolores» de 1810 sino un siglo después.

comentarios

  1. En esencia,Olarieta viene a decir -aportando y enriqueciendo el tema,en mi opinión- lo que en Historia es básico: no juzgar el pasado con criterios del presente,lo que no equivale a cohonestar ni compadecer ni justificar nada,al menos en principio.
    Un saludo.

    1. Como intenta explicar Olarieta en un artículo reciente sobre lo objetivo y lo subjetivo, es imposible no juzgar el pasado con los criterios del presente. En este presente hay criterios opuestos: los de la burguesía y los del proletariado. Marx y Engels desarrollaron el criterio del proletariado, es decir, análisis realizados a través de la verdadera ciencia, a través del método dialéctico.

      Engels estudio desde su presente el presente de Mexico. No solo tenía razón entonces sino que se demuestra que el criterio de Engels es válido hoy en día.

    2. Sí,tiene usted razón.Y algo de eso pongo al final de la frase.Tal vez hubiera sido mejor poner "prejuzgar" (el pasado…) que,como se pone,"juzgar" (el pasado…).
      En cualquier caso,ciertamente,resulta imposible juzgar el pasado como si uno hubiera estado -y vivido- ahí y,sobre todo,como si tuviera conciencia EN ESE PRECISO INSTANTE de lo "histórico" de sus actos que no hacen lo que hacen para que sean juzgados,o "prejuzgados",después,aunque,obviamente,es inevitable que así sea desde,como dice usted,una perspectiva de clase.
      Un saludo.

  2. Si bien he visto a Olarieta escribir sobre temas que yo considero de la mayor importancia, en esta oportunidad me dejó sorprendido, al decir que "Sobre México Marx y Engels no escribieron absolutamente nada." para inmediatamente a continuación agregar "Se limitaron a referirse al país incidentalmente en tres artículos y dos cartas, todas ellas redactadas entre 1848 y 1854. Caben en una pequeña cuartilla y sobra papel"

    Tres artículos y dos cartas que caben una pequeña cuartilla son tres artículos y dos cartas que caben en una pequeña cuartilla. No son nada.
    Por lo demás, son muchas las citas de Marx que caben en una pequeña cuartilla y que tienen importancia fundamental para la definición de su doctrina.
    Da pena tener dedicar espacio a esto, pero es muy importante que las cosas se valoren en su mérito, ni más ni menos.
    Si bien los escritos de Engels sobre México son pequeños, ilustran excelentemente que Marx y Engels eran intelectuales al servicio del proletariado y que su solución socialista provenía del inmenso desarrollo de las fuerzas productivas que generaba el capitalismo. Y las consecuencias que eso derivaban: los países sin burguesía emprendedora, sin proletariado, quedaban fuera de su solución; debían cambiar, emprender, desarrollar sus fuerzas productivas, generar proletariado para ser consideradas ("civilizadas"); a eso se refiere Olarieta en su último párrafo, cuando dice que el México que hoy conocemos comenzó en 1911.

    Hubo un uruguayo que se dio el trabajo de recopilar toda mención a América en la obra de Marx y Engels, "Materiales para la historia de América Latina". Excelente.

    Ya hace años que investigo la debacle de siglo 20, entre otras cosas he aprendido que la reflexión debe tener objetivo, tener sentido, ser conducente. Y que el objetivo siempre debe enlazar a temas principales y generales.
    Bolivar es importante en Venezuela, allí el escrito de Marx saca roncha porque, efectivamente, por esos lados Bolivar está absolutamente endiosado.
    Pero que Marx haya escrito sobre Bolivar es absolutamente circunstancial, ya que si hubiera sido contratado para escribir varias entradas de la New American Cyclopaedia, jamás habría existido. Absolutamente distinto al Capital, el discurso inaugural de la AIT, el Manifiesto.

    Para comprender debidamente el papel de distractor que tiene el escrito sobre Bolivar, hay que tener claro el objetivo último del socialismo de Marx, construir una nueva civilización (comunista), alcanzar la autodeterminación del individuo, su libertad en el colectivo.
    Y luego las enseñanzas del siglo 20: Destruyeron el socialismo en nombre del socialismo. Lo cual tuvo como causa principal que no se educó y forjó a los trabajadores, como dijo Stalin.
    No es de extrañar, como dice el libro citado, que Engels haya dicho: ‘Los artículos en la Cyclopaedia [son] un trabajo puramente profesional, nada más, pueden seguir enterrados en paz”.

    Mi conclusión, que entrego sin más, porque su fundamentación sería muy larga, es que para impedir la nueva ocurrencia de una debacle como la del siglo 20, es necesario educar y forjar a los trabajadores.
    Por ejemplo, una fundación que podría llamarse
    "Fundación Stalin Bolivar
    Para la educación de los trabajadores"

    lo cual se justifica qn que nadie como ellos explicaron en mejor foema la necesidad y lo que se debe hacer.
    Bolivar:
    «Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición»
    Discurso pronunciado por el Libertador Simón Bolívar ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819

    1. Supongo que a lo que Olarieta se refiere con que Marx y Engels no escribieron absolutamente nada sobre México, es que no dedicaron un monográfico, ni un artículo ni un pequeño texto a México, sino que sus intervenciones sobre México se encuentran en otros textos y cartas cuyo tema principal no es México. Es algo diferente por ejemplo con los escritos de Marx sobre la India.

      Por tanto, Olarieta no está tan equivocado ni es tan descabellado decir que Marx y Engels no escribieron nada sobre México, que es diferente a mencionar a México en unos cuantos textos.

    2. Para abordar lo planteado por Rosa, se requiere la cita de Stalin que quedó trunca en mi comentario anterior.

      Stalin, lo que se debe hacer:
      Fundamentos del Leninismo
      … dar al proletariado la posibilidad, primero, de educarse y templarse, constituyendo una fuerza capaz de gobernar el país …
      El Partido es un instrumento… con la desaparición de las clases, con la extinción de la dictadura del proletariado, deberá desaparecer también el Partido.

      Bolivar lo que diagnósticó no fue el capitalismo, sino algo más general, la sociedad de la explotación, calificándolo de "engaño". Si lo comparamos con la teoría de la "ideología" de Marx o la "hegemonía" de Gramsci, el diagnóstico de Bolivar captura en mejor forma lo que ocurrió en el siglo 20. Por eso es el diagnóstico de Bolivar el que conviene rescatar.

      Luego, fue Stalin quien dio la mejor "receta" sobre lo que se debe hacer: educar y forjar tal como se requiere para dirigir el país.
      En foros como este, el nivel del debate, considerando la experiencia del siglo 20, debe ser tal como se requiere para dirigir el país.
      Alcanzar la nueva civilización es la tarea más difícil que se pueda imaginar. Y Stalin logró el cometido: enuno de sus últimos artículos (1952), "Problemas económicos del socialismo", dice "Les dejan atónitos las
      realizaciones colosales del Poder Soviético, les producen vértigo los extraordinarios
      éxitos del régimen soviético y se imaginan que el Poder Soviético «lo puede todo» que
      «nada le es difícil», …"

      Stalin realmente logró el resultado pretendido, por eso entender como lo hizo en vital.

      Aplicando lo anterior al comentario de Rosa, surje el recuerdo de esa máxima de abogados que dice que "las cosas son lo que son y no lo que dice su título". No nos podemos amarrar al título. Más aún, poner un título que se corresponde con el contenido fue y es una forma principal de engañar a los trabajadores. Por ejemplo, el partido de derechas en España, es "Popular"; el partido nazi de Alemania, era "nacional socialista de los trabajadores alemanes".

      En el caso de los artículos de Engels, obviamente no intentaba engañar, sin embargo, contiene ampliamente hechos y opiniones sobre México. Aquí lo que aplica, entre otras formas de percepción, es el punto de vista. Desde un punto de vista principal, y siguiendo el título, los artículos de Engels clasifican en "Eeuu". Y desde un punto de vista secundario, clasifican en "México".
      Corroborando esta idea, se puede poner "Engles mexico" en Google, y aparecerán varias publicaciones de mexicanos que estudian la obra de Marx y Engels aplicada a México.

      Si uno se sale de la excelencia prescrita por Stalin, quizás todo vale, Que Engels no escribió nada sobre México y que si el título no dice "México", entonces el artículo no es sobre México.
      Pero si uno se sale de esa excelencia, ya se sabe lo que pasa: engaño, como dice Bolivar, voluntarismo, como dicen eufemísticamente los cubano; hipocresía como dicen los rusos. Y de ahí, destruir el socialismo en nombre del socialismo.

      Los criterios de excelencia como los mencionados, hacen inaceptable que se diga que Engels no escribió sobre México.

    3. No he hablado en ningún momento de "títulos", sino de estudios (grandes o pequeños) cuyo tema transversal sea México. Eso no lo escribieron Marx ni Engels, por lo tanto, vuelvo a repetir: a Olarieta no se le va la cabeza por decir que no escribieron nada sobre México, porque es cierto. No escribieron un texto sobre México, un articulo sobre México etc… No plasmaron ningún estudio. Otra cosa es que lo nombraran en ciertos pasajes de su literatura.

      A ver si la titulitis la va a sufrir usted, pero en vez de los títulos, usted ve estudios y tesis donde solo hay ejemplificaciones y algunas menciones escasas.

  3. El asunto, señora Rosa, es si lo que hizo Olarieta tiene la excelencia que indica Stalin. No la tiene
    El siglo 20 existió y se debe sacar aprendizaje de el. En el siglo 21 se debe ser muy exigente en lo referente al engaño, tema amplísimo.

    Lo que hizo Olarieta puede merecer opiniones como la suya, pero mi opinión también es válida y tiene el valor agregado de cruzarse en el camino de quienes, por falta de rigurosidad, permitieron los monstruosos engaños que llevaron a la destrucción del mayor éxito jamás obtenidos por los explotados en su lucha por liberarse.

    Yo siento gran aprecio por Olarieta, por eso leo y comento algunos de sus artículos, que los considero excelentes. Por favor, no rebaje esta Web con injurias como la que me endilga en su último párrafo.

    1. Señora Rosa.
      En su primer comentario, Usted dice: "Engels estudio desde su presente el presente de Mexico."
      Y en su comentario de 15/8/2014 12:38:00, "No plasmaron ningún estudio."

      Es con expresiones engañosas como esta que destruyeron el socialismo en nombre del socialismo en el siglo 20. Perdón por la insistencia, pero exigir el más alto distanciamiento del engaño es uno de los principales aprendizajes que dejó el siglo 20 a los que luchan por el ideal marxista.

  4. Si no me equivoco,la anexion de los territorios mexicanos de texas,california,etc.supuso la reimplantacion de la esclavitud.Dificil es ver ,en eso un progreso historico.La lectura de las interpretaciones clasistas,que hace juanma olarieta,es demasiado simplista.Entre los que criticaron,la version de marx y engels,sobre bolivar y la guerra mexicano.-estadounidense de 1846-48,esta ernesto che guevara,a quien nadia en su sano juicio,considarara representante de la burguesia.

  5. Si el artículo que alude a Bolívar y México es una simplificación, marcha muy desencaminado, porque se trataría de la simplificación de una simplificación, o sea, puro simplismo por mi parte, pues Marx y Engels siempre referían los procesos en su complejidad, es decir, como experiencias contradictorias. Ahora bien, nunca llueve a gusto de todos. La realidad tiene una parte desagradable, que afea la historia que nos hubiera gustado vivir. Por eso, de las dos vertientes que Marx y Engels muestran, algunos sólo se quedan con una de ellas. ¿Es que la realidad sólo tiene ese único rostro?

    Son pocos los que quieren hablar de la cara oculta de la Luna. Pocos se han hecho eco de los términos elogiosos con los que Marx se refiere a Zamacona, el ministro de Asuntos Exteriores de México, pocos recuerdan que Marx llama "Bustrapa" y "Lazarillo de Tormes" a Napoleon III, califica de "perros" y "sapos" a los franceses que intentaban apoderarse de México y "perro viejo" al Primer Ministro británico Palmerston, también involucrado en la aventura de forma indirecta.

    ¿También eso es eurocentrismo?

    ¿Es que nadie ha leído esa parte de los escritos?

    Che Guevara es un ejemplo, quizá el ejemplo por antonomasia, de internacionalismo. En un único párrafo sostuvo que los comentarios y cartas de Marx y Engels sobre Bolívar y México eran erróneos. ¿Hay que suponer en base a ello que la razón estaba de parte del Che y no de Marx y Engels?, ¿hay que tomar sus escritos como demostración del error?, ¿no se equivocaba el Che?

    En su párrafo el Che no argumentó nada sobre el supuesto error de Marx y Engels, de modo que la pregunta subsiste: ¿en qué se equivocó Marx sobre Bolívar?, ¿todo el artículo de Marx es un error de valoración por su parte? Si hubo tal error, ¿es imputable a su supuesto eurocentrismo?

    J.M.Olarieta

  6. La independencia de México hizo especial énfasis en la abolición de la esclavitud, que era un problema marginal porque los negros eran un porcentaje ínfimo de la población. No obstante, como consecuencia de la inestabilidad política y militar, desde la segunda mitad siglo XVIII Texas era una región casi despoblada, sobre todo si no contamos con los indígenas amerindios, que no entendían de fronteras.

    Tanto los colonialistas españoles, como luego los gobiernos mexicanos promocionaron la emigración a Texas, especialmente de anglosajones procedentes del norte. A mediados de siglo, lo que ahora los nacionalistas califican como "invasores" constituían el 80 por ciento de la población tejana, muchos de ellos tan "ilegales" como los "espaldas mojadas" de la actualidad. La diferencia es que entonces los "espaldas mojadas" eran los anglosajones.

    Algunos de aquellos "invasores" se trajeron a sus esclavos y para seguir promocionándola durante algún tiempo el gobierno mexicano toleró la esclavitud en Texas. En realidad, la tolerancia de la esclavirud en Texas tampoco era tan excepcional: más allá de declaraciones solemnes, bajo diversas formas subsistió la esclavitud en todo el país, pero especialmente en Texas, entre otros motivos por su escasa relevancia y, en todo caso, porque el gobierno era incapaz de imponer la abolición en una "tierra de nadie" como era entonces Texas.

    En 1848 México hizo algo muy poco nacionalista: cobró 15 millones de dólares por la mayor parte de lo que hoy es California, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México y Colorado. Quizá no se pueda calificar como una venta de su propio territorio porque el país había sido invadido (un paseo militar) y porque el Tratado de Guadalupe-Hidalgo hablaba de una "compensación" que Estados Unidos pagaba por los "daños causados durante la guerra".

    Cuando en Washington se planteó el problema de la esclavitud en los territorios arrebatados a México, los nordistas se opusieron ya que ello reforzaría las posiciones de los esclavistas.

    Durante la guerra civil, Texas se unió a la Confederación, no por nada que tuviera que ver con el abolicionismo sino porque hizo de los suministros de guerra un buen negocio.

    Una cosa es predicar y otra dar trigo, dice el refrán. En México ocurrió lo mismo que en España: que a lo largo del siglo XIX la esclavitud se tuvo que abolir muchas veces -e indemnizar a los esclavistas- porque no se erradica con proclamas ni decretos. En "El Capital" cuando Marx se refiere a la jornada de trabajo pone a los "territorios desmembrados" de México antes de la Guerra de Secesión en Estados Unidos como ejemplo de que "la esclavitud aparece disfrazada bajo la forma de peonaje".

    El presidente Juárez abolió el peonaje, que fue restablecido por el emperador Maximiliano, a su vez denunciado en Estados Unidos como un restablecimiento de la esclavitud en México… Las acusaciones de esclavismo se volvieron, pues, contra México por quienes -sin duda. tenían muchos motivos para callarse. Pero en materia de esclavitud lo mejor es que los países mantengan la boca cerrada. Por si las moscas.

    J.M.Olarieta

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