La industria de la desinformación es un sector económico en auge (y 2)

El “Equipo Jorge”, la empresa israelí de intoxicación, no sólo fabrica perfiles falsos en las redes sociales sino que también recluta a periodistas verdaderos de los principales medios de comunicación mundiales, como Rachid M’Barki, un conocido presentador de la televisión francesa que aparece en la foto de portada.

M’Barki ha trabajado en Euronews, Bloomberg y, finalmente, en la cadena de televisión BMF, de donde fue despedido a mediados del mes pasado por “injerencia extranjera”.

Los lectores peor pensados pueden relacionar su caso con el de los eurodiputados que espiaban para Marruecos en Bruselas y habrán recorrido mucho en poco tiempo. Si además piensan en Cambridge Analytica, Pegasus y el Mosad también avanzarán muy rápido.

A través de M’Barki, la cadena de televisión BFM difundía informaciones falsas. Se trataba de pequeños reportajes (textos de unos 40 segundos sobre un fondo de imágenes ilustrativas) suministrados llave en mano por el “Equipo Jorge”. M’Barki ha admitido su participación en las operaciones de manipulación.

La empresa israelí de intoxicación factura a sus clientes hasta 20.000 euros por una publicación, de los que 3.000 se pagan en metálico al periodista. Un vídeo de 19 de septiembre del año pasado muestra a M’Barki hablando de las dificultades experimentadas por la industria náutica en Mónaco tras la aplicación de las sanciones contra Rusia. Una vez emitido, el vídeo fue redifundido masivamente en Twitter por la plataforma Aims, con el fin de hacerlo viral.

La página web “News365” difunde este tipo de intoxicaciones. Su redactor jefe es un avatar y en ella escribe Jean Pierre Duthion, a quien M’Barki designó como el que le proporcionaba los textos y las imágenes que se difundían por la televisión.

Duthion es un empresario sirio que se define a sí mismo como “mercenario” y reconoce abiertamente estar detrás de la difusión de las intoxicaciones de BFM. “Recibo encargos sin conocer al cliente final”, afirma. “No me hago preguntas. Hago lo que me dicen. Cuanto menos sepa, mejor”.

Otro periodista de BFM afirma haber sido contactado por Duthion en 2020, quien le confesó: “Estoy encargado de pagar a periodistas para que transmitan información […] Conozco vuestros sueldos. Sé quién puede necesitarlos”, le dijo. “Gracias a mí, pueden permitirse vacaciones, porque sé que el final de mes puede ser difícil”.

‘Jorge’ es un antiguo miembro del ejército israelí

El cerebro de estas operaciones, “Jorge”, también se hace llamar “Michael”, “Joyce Gamble” o “Coral Jaime”. Tiene varias direcciones de correo electrónico y números de teléfono en distintos países. Su verdadero nombre es Tal Hanan y dirige dos empresas de seguridad e inteligencia: Sol Energy y Denoman. En la página web de esta última, se describe como un especialista en explosivos que sirvió en las fuerzas especiales del ejército israelí y como oficial de enlace con el Mando de Fuerzas Especiales de la Sexta Flota de Estados Unidos.

Ha dirigido operaciones de protección de ejecutivos de alto riesgo en México, Colombia y Venezuela, y programas de formación antiterrorista para el gobierno estadounidense. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Hebrea de Jerusalén y se le describe como “un solicitado conferenciante que ha pronunciado discursos ante el Congreso de Estados Unidos, numerosos gobiernos extranjeros y empresas internacionales. Ha sido entrevistado en varios medios de comunicación en línea y en importantes periódicos como el Washington Post en 2006.

Los correos electrónicos demuestran que entre 2015 y 2017 Tal Hanan buscó trabajo para Cambridge Analytica, otra empresa dedicada a manipular elecciones. Es capaz de crear entre 3.000 y 5.000 perfiles falsos a la semana en las redes sociales. También se ofrece a “echar una mano en Kenia”, donde pronto se celebrarán elecciones presidenciales.

En 2017 explicó al director de Cambridge Analytica, Alexander Nix, que sus servicios son tan eficaces que, para gestionar una situación de crisis, uno de sus clientes estaba “muy contento” de pagar un millón de euros. Nix rechazó sus propuestas. “Ya tenemos nuestra propia productora de medios”, respondió, “y ninguno de nuestros clientes aceptará pagar entre 400.000 y 600.000 dólares al mes por la gestión de una crisis”.

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