La historia de los aviones que en la Segunda Guerra Mundial quedaron sepultados por el hielo de Groenlandia

En 1940, después de que los nazis invadieran Francia, Estados Unidos transportó cientos de aviones a Inglaterra a través de la “Snowball Route” (Ruta de la Bola de Nieve), una serie de bases secretas ubicadas en Terranova, Groenlandia e Islandia.

En 1942 un escuadrón de 8 aviones no llegó a su destino porque, en pleno mes de julio, una tormenta les obligó a aterrizar en el sudeste de Groenlandia. Las tripulaciones fueron rescatadas, pero los intentos de localizar los aviones fracasaron. Los glaciares los habían trasladado varios kilómetros, cada vez más enterrados en el hielo.

Medio sigo después lograron localizar a uno de los aviones y en 2018 a otro, que había permanecido enterrado bajo más de 90 metros de hielo. En consecuencia, Groenlandia había acumulado hielo a un ritmo superior a un metro por año.

Otra conclusión es también obvia: en la segunda mitad del siglo pasado la capa de hielo había aumentado, lo cual contradice las monsergas que soportamos a diario.

El espesor de la capa de hielo que cubre Groenlandia no depende tanto de la temperatura como de la nieve que caiga, es decir, de fenómenos de tipo meteorológico, entre otros motivos porque se conoce la temperatura en Groenlandia de los últimos 60.000 años y casi nunca estuvieron por encima de los -28 grados centígrados.

Con unas temperaturas tan por debajo del punto de deshielo, es prácticamente imposible que dicho se fenómeno se pueda producir, o por decirlo con otras palabras: si en Groenlandia se reduce la capa de hielo no será a causa de la temperatura.

De 1989 a 1992 la Fundación Europea de Ciencia llevó a cabo el proyecto GRIP bajo la dirección de los científicos W. Dansgaard (danés) y H. Oeschger (suizo). Consistía en tomar muestras de hielo de Groenlandia hasta una profundidad superior a los 3.000 metros.

Las muestras son un indicador indirecto de las temperaturas en los últimos 60.000 años y de ellas se deducen conclusiones muy sorprendentes que se pueden ilustrar en el gráfico GISP2, que muestra los últimos 10.000 años.

La primera es que en Groenlandia las temperaturas cambian muy notablemente (hasta 10 grados centígrados) y muy rápidamente (en decenas de años).

Otra son los ciclos climáticos, uno de los cuales lleva el nombre D/O (por Dansgaard y Oeschger). Se trata de un ciclo corto de 1.500 a 4.500 años. El otro es más largo, del orden de 5.000 a 10.000 años.

Una tercera es que, en comparación con años precedentes, lo que cabe decir de la Groenlandia actual es que hace mucho más frío que en épocas precedentes.

Una cuarta observación que cabe apuntar es que muy difícilmente puede nadie asegurar que las oscilaciones de temperatura en Groenlandia hayan tenido algo que ver con la presencia de la humanidad, que ha sido episodica.

Para acabar: aunque las causas de las bruscas oscilaciones de temperatura en Groenlandia no se conocen, lo que parece obvio es que el CO2 no ha tenido nada que ver en ellas.

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