La construcción de la realidad

“Ante la realidad se pueden adoptar varias actitudes, a saber: 1) ignorarla, evadirse de ella. 2) reproducirla. 3) descubrir su otro lado: la verdad”
Alfonso Sastre. Manifiesto contra el pensamiento débil.

“Cuando aprendí las respuestas, me cambiaron todas las preguntas”
Mario Benedetti

Verdadero depende de la creación mental del hombre llamada lógica, sin embargo real se refiere a lo que uno cree que es real a pesar de cualquier lógica que se use o de lo que se razone, o sin saber cómo funciona este algo. En el instante que vemos, o nos hacen ver, creemos que es real sin aún cuestionarnos si es verdadero o falso.

René Descartes acuñó la frase Cogito ergo sum (“pienso, por lo tanto soy”) pero ante el descalabro mundial orquestado a raíz de la propaganda pandémica podríamos establecer otra frase: Ego sum, sed non cogito (“soy, pero no pienso”) a la vista de la credibilidad dada al discurso oficial por una importante parte de la población.

¿Es real que miles de personas ancianas y con patologías previas han fallecido durante el segundo trimestre de 2020? Podemos decir que sí. ¿Es verdad que estos miles de personas han fallecido a causa de un virus catalogado como SARS-Cov2? Podemos decir que no.

¿Es real que un pánico desorbitado se ha desencadenado entre la población? Podemos decir que sí. ¿Dicho pánico es resultado de la verdad? Podemos decir que no.

Pero, como en la metáfora escrita por Robert Havemann: “Cuando quiero acertar en un blanco, tengo un procedimiento muy sencillo para aumentar la posibilidad de tocarlo, a saber: el procedimiento de agrandar el blanco, y si declaro que todo lo que me rodea es blanco, tendré la miserable satisfacción de no errarlo nunca” (1).

El catedrático de Sociología de la Universidad de Oviedo José Mª García Blanco en su interesante artículo “La construcción de la realidad y la realidad de su construcción” (2) nos apunta que: “Cada mañana, al conectar nuestro aparato de radio, la televisión o al leer nuestro diario habitual, nos ponemos al corriente de lo que pasa en el mundo. Todos estos medios están reproduciendo incesantemente la red de noticias que configura nuestra imagen de la realidad. Son ellos, siguiendo su propia lógica operativa, quienes proporcionan hoy a la sociedad su propia imagen y la del mundo en la que ella se produce y reproduce como sistema de comunicación… El producto de este funcionamiento recursivo de los mass media es la constitución de lo único que hoy puede denominarse con fundamento empírico suficiente Opinión Pública, a saber: una inmensa redundancia informativa, que hace innecesario preguntarse lo que cada concreto individuo sabe y piensa”.

A partir de aquí el conocimiento que poseemos de la realidad es limitado y nos acostumbramos a ver la “realidad” a partir de los mensajes subjetivos que llegan a nuestro conocimiento sobre esta realidad. La construcción de dichos conocimientos tienen, entre otros, los objetivos de crear “confianza” hacia las estructuras de poder que son en definitiva las que diseñan el discurso para hacer posible que un determinado objeto u objetivo exista, cumpla ciertas funciones y establezca lo que es positivo o negativo, bueno o malo.

Bertrant Russell decía que para llegar a establecer una ley científica son necesarias tres etapas: la primera consiste en observar los hechos significativos; la segunda, sentar hipótesis que, si son verdaderas, expliquen aquellos hechos; la tercera, deducir de estas hipótesis consecuencias que puedan ser puestas a prueba para la observación. Significa que el proceso de su formulación debe ser justificado y explicado paso a paso, para de esta forma construir y formular hipótesis que sean contrastables.

En lugar de ello hemos sufrido, estamos sufriendo y de no haber una respuesta contundente, continuaremos sufriendo no una intoxicación por un virus, sino una “infoxicación” mediática resultado de la construcción de la realidad, alejada de lo que debería ser una búsqueda de la verdad. No hay ciencia en las versiones mediáticas hegemónicas, sino percepciones, especulaciones, opiniones y espectáculos visuales montados a imagen y semejanza de una gran farsa teatral.

El Dr. Carlos Alberto Díaz, profesor Titular de la Universidad Isalud de Buenos Aires (3), es contundente: “Las burocracias profesionales se generaron para contener y reproducir los conocimientos generados en sus propias organizaciones. En los rincones de toda la administración existen algunos reservorios, que cuando hurgas encuentras inteligencias y opiniones que nunca fueron escuchadas. No es la salud un tema de agenda. Sí que lo son números de contagiados, de muertos o de vacunas”.

Nos encontramos ante la necesidad de analizar la sociedad y los fenómenos sociales que estamos viviendo con los estados de sitio, emergencia, alarma, etc., y los consiguientes arrestos domiciliarios, sanciones, represiones… a partir de un conocimiento que no se apoye en un determinismo y un reduccionismo del conocimiento, en el sentido de que un conocimiento del todo ejerza de punto de partida para un conocimiento de las partes que lo componen. Edgar Morin sugiere la “necesidad de recomponer el todo”, o sea, el cuestionar la racionalidad abstracta y unidimensional hegemónica” (4). En multitud de ocasiones nuestra realidad no es otra que nuestra idea de la realidad acuñada por una educación basada en la aceptación de un conformismo cognitivo en el cual se normaliza la eliminación de lo que pueda discutirse o contraponerse al discurso hegemónico.

Giulio Girardi un referente de la Teología de la Liberación, miembro del Tribunal Russell II sobre Latinoamérica desde 1974 y hasta su muerte en 2012 miembro del Tribunal de los Pueblos, desde su perspectiva del conocimiento como instrumento de transformación social, denuncia la falsa neutralidad de la ciencia y del conocimiento, puesto que todo sujeto en el momento de la observación forma parte de una serie de condicionantes internalizados: “No hay interés teórico que esté desvinculado de intereses prácticos. El ocultamiento de intereses que no quieren confesarse” (5).

Respecto del ocultamiento de estos intereses a que hace referencia Girardi, en un intento de buscar una posible explicación, Máximo Sandín se pregunta que “tal vez sea que no se puede esperar que alguien comprenda algo cuando su sueldo depende de que no lo comprenda” (6).

¿Cómo se construye lo ‘real’?

María-Celina Ramos-Álvarez, nos acerca una reflexión sobre el papel de los medios de comunicación con las siguientes palabras: “En la medida que los medios me muestran sus construcciones de significado como un ser natural de las cosas, tiendo a pensar que las cosas son así, como ellos las presentan y por lo tanto les concedo un estatuto ontológico independiente del obrar humano, ya que yo no tengo opción alguna a actuar en otro sentido que el asignado a mi estatus de rol creado, lo cual me impide ejercer la dialéctica entre lo que hago y lo que pienso… Los medios de comunicación seleccionan aspectos del mundo que de esta forma aparece filtrado ante mis sentidos. El conocimiento que me proporcionan no solamente pone en juego mis capacidades cognoscitivas sino también emocionales… Mi realidad subjetiva en determinadas situaciones choca frontalmente con aquella objetiva que los medios me presentan; soy una persona adulta y poseo capacidad de crítica y discernimiento. Pero en situaciones en las que no puedo ejercer tales capacidades por no poseer los datos suficientes para ello, o en situaciones que los significados mediáticos no son relevantes para mí, la realidad que se me presenta se constituye en mi realidad” (7).

Los medios periodísticos actúan como mediadores entre fabricación de una recreación manipulada de la realidad y la audiencia. Los medios nos preparan, nos elaboran y  nos presentan una realidad social determinada. Pero, ¿cuáles son los criterios para formar esa realidad? ¿En qué se basa la interpretación periodística?

Hoy sabemos tanto del virus y de la pandemia y estamos tan “infoxicados” que no sabemos nada, no hay diálogo ni debate científico con evidencia en mano, sólo hipótesis, ocurrencias, supuestos, opiniones o percepciones. La justificación pandémica avanza, la economía quiebra y la gente vive con miedo e incertidumbre. En síntesis, la verdad sobre la pandemia de covid–19 es la siguiente: “Se ha instrumentalizado la enfermedad de modo político y electoral; 2) Sabemos mucho y nada a la vez, no hay ciencia, sino percepciones, teorías falsas y especulación; 3) Se ha ignorado la historia y los antecedentes médicos y epidemiológicos. Esta es la gran verdad de la que no dudamos” (8).

La realidad social se construye por medio de declaraciones, las que hacen posible que un determinado objeto exista, cumpla ciertas funciones y disponga de ciertos poderes positivos y negativos de manera convencional. “La fuerza que se asigna a esos actos permite que en el mundo surjan entidades que, sin mediar estas declaraciones mediáticas, no llegarían a existir” (9).

En las XXII Jornadas de Investigación y XI Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur organizados por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Romina Ailín Urios, realiza un análisis sobre la “criminología mediática” que podemos trasladar hoy y aquí a la luz de los estereotipos diseñados para establecer el perfil de las personas peligrosas en la vorágine pandémica (reuniones de más de seis personas, no llevar bozal, poner el tela de juicio la bondad de las vacunas, desoír los toques de queda, romper el arresto domiciliario, etc.), los llamamientos a la delación a partir de las “policías de balcón”, la creación de “patrullas sanitarias” semejantes a la antigua guardia de Franco en tiempos de la dictadura para perseguir y denunciar los que contravienen las leyes dictadas por irracionales que sean.

Podemos decir que la “criminología mediática” lo que hace es crear una realidad y presentarla como “la” realidad, donde aparecen enfrentadas las “personas decentes” con el grupo de “criminales” los cuales son identificados por el estereotipo que permite sostener esa distinción y para que esta diferenciación se sostenga en el tiempo y resulte creíble, no queda otra opción más que “inflar” las características negativas de quien porta el estereotipo sobre la base del peligrosismo y es allí donde el concepto de peligro se une al de seguridad. “¿Cómo revertir los efectos en la subjetividad de la población y, sobre todo, de ciertos sectores que han sido seleccionados por los medios de comunicación como los futuros criminalizados? Si tenemos en cuenta lo que plantea Foucault de la compleja malla en donde un pequeño cambio en un extremo genera un movimiento en toda la trama, podemos pensar que para generar una modificación que llegue hasta todos los extremos, se hace necesario que el cambio sea lo suficientemente fuerte como para que llegue a toda la estructura. De lo contrario, la modificación no será ni total ni duradera” (10).

Así pues, como decía Gabriel Celaya en su poema “La poesía es un arma cargada de futuro”:

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos,
anunciamos algo nuevo.

(1) Robert Havemann. Dialéctica sin dogma. Ariel. 1967. pág. 142
(2) https://repositorioinstitucional.ceu.es/bitstream/10637/6036/1/N_I_pp149_170.pdf
(3) https://saludbydiaz.com/2021/02/03/la-realidad-no-es-la-verdad-que-es-entonces-la-verdad/
(4) Edgar Morin. Los siete saberes para una educación del futuro.2000
(5) Fede cristiana e materialismo storico, Edizioni Borla, 1977. pág.101.
(6) Máximo Sandín. Trilogía del coronavirus. Cauac. 2020
(7) María-Celina Ramos-Álvarez. Los medios de comunicación, constructores de lo real https://www.revistacomunicar.com/indice/articulo.php?numero=05-1995-20
(8) Óscar Picardo https://www.disruptiva.media/la-verdad-detras-del-covid-19/
(9) María S. Krause Muñoz y Rodrigo González Fernández. La confianza en la construcción de la realidad social. Revista de Filosofía Universidad católica de Chile. vol. 41, núm. 1. 2016
(10) https://www.aacademica.org/000-015/553.pdf

comentarios

  1. Reflexiones desde Madrid, ante la chispa de resistencia que se ha prendido, y por echar gasolina al debate, amigo Cónsola : para poder ser objeto del antiguo sistema, hacen falta unos requisitos, como tener las necesidades básicas cubiertas, un trabajo y un salario. Estas condiciones nos transformaron en objeto, y engendraron esa degeneración del marxismo llamada revisionismo. La crisis del sistema de producción capitalista, que está en su fase agonizante, anula esas condiciones, impide al obrero ser objeto y le fuerza a actuar como sujeto. Como sujeto, ya tiene el marxismo como herramienta para describir la realidad y transformarla. Por supuesto que la burguesía tiene a miles de plumíferos a sueldo repitiendo mentiras para ganarse la vida, y muchos medios, por eso son la ideología dominante, pero esa interpretación de la realidad, a la juventud y a la clase obrera ya no les vale una mierda. También hay guerra en el plano ideológico, de la interpretación de la realidad. No paremos de hablar con todo el mundo, precisamente ahora la prensa burguesa está enormemente desacreditada, son muchos años de mentiras continuadas, y una charla con un vecino puede ser mucho más efectiva porque tu mensaje se ajusta mejor a sus intereses de clase. Cuanto mejor se describa la realidad, más efectiva será su transformación, de ahí la necesidad de una clase social de tener la suya propia.

  2. Son fenómenos reflexivos, el mundo está lleno de ellos. La usura es uno de ellos, al no poder comprar mercancía, el dinero se convierte en mercancía. La homosexualidad es otro, al no permitírsele a la persona actuar como sujeto sexual, deviene objeto sexual. La luz, otro más, si no alcanza la velocidad de escape del universo, que es la velocidad de la luz, se manifiesta como materia. La burguesía ya no puede liderar, porque el que sigue a una cabra acaba despeñado.

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