‘Estáis asustando a la gente para nada’, denuncia la médico que ha descubierto la variante ómicron

Angelique Coetzee, la doctora sudafricana a la que atribuyen el descubrimiento de la variante ómicron, cree que los científicos y los medios de comunicación de todo el mundo están sembrando el pánico en la población, mientras que los casos positivos de la nueva variante son actualmente “leves y fáciles de tratar en casa”.

En una entrevista para la BBC, la doctora Coetzee afirma que los casos registrados en Sudáfrica son “extremadamente leves”.

El 29 de noviembre en una entrevista con el medio estadounidense CNBC, Coetzee volvió a reiterar su postura e insistió en que “por el momento tenemos casos leves, fácilmente tratables en casa”.

Coetzee también denuncia la cobertura mediática sensacionalista de la nueva variante. Durante la última semana, los medios de comunicación y las burocracias sanitarias de todo el mundo han sumido a los ciudadanos en un terror indescriptible.

Cuando la periodista le preguntó si había un pánico innecesario, respondió con una sonrisa: “Sí, en este momento yo diría que sí. Tal vez dentro de quince días sea diferente”.

La histeria mediática sigue, pues, su curso desde hace dos años, cada vez con argumentos menos verosímiles por lo que la aparición de la nueva variante no es otra cosa que una campaña deliberada de terror por parte de las cadenas de comunicación.

“Lo que estamos viendo en África, y les recuerdo que somos el epicentro, es extremadamente suave. Para nosotros, se trata de casos leves y hasta ahora no hemos hospitalizado a nadie. He hablado con colegas míos. Es lo mismo”, dice la doctora.

comentarios

  1. Es lamentable que sigan usando el tan despectivo epíteto de «tercer mundo» para designar a varios países que por muy diversas razones tienen población con muchas carencias

    1. Deberíamos encontrar un término más adecuado, descriptivo y certero, en lugar de recurrir a la terminología burguesa.
      Yo nací en Madrid en 1975, y el término se repetía hasta la asimilación, en todos lados: la escuela, la televisón, los libros y , como caja de resonancia, el bar y la tertulia de sobremesa. Siempre se pronunciaba con paternalismo, la cara amable de la dominación. Intuyo que estaba destinado a crear una sensación de seguridad, superioridad y de comunión de intereses entre el proletariado y la burguesía local, que ya venía de la época de los imperios burgueses modernos en países como Inglaterra , Francia , etc y que, de alguna manera, tenían que reponerse de la desintegración de sus imperios coloniales.
      El economista Samir Amin acuñó el término «periferia», debido a que los intercambios económicos entre las potencias occidentales era más intenso entre ellas, de lo que lo era entre todas ellas y las antiguas colonias, al menos en los años 70. A mí no me convence mucho el término, porque la realidad que tratamos describir no es geográfica, sino económica y política. Además, incluso visto desde un punto de vista geográfico, Europa es una región periférica.
      Es difícil encontrar un término. Hablar de países desindustrializados no tiene mucho sentido, pues buena parte de la producción industrial está ubicada fuera de Europa y EEUU. Tampoco sería muy claro hablar de países deudores, pues el primer país deudor y batiendo todos los récords es EEUU. Más bien estamos hablando de países carentes de una organización política y militar que les permita desarrollar políticas económicas independientes, y sin el empaque industrial y tecnológico para reproducir el capital de manera independiente a las potencias dominantes ( al contrario de lo que ocurre con China y Rusia ). Otra característica es que la tasa de ganancia es superior a la de las metrópolis, por lo que reciben muchos capitales, y otra es la importancia de la exportación de materias primas dentro de la economía nacional.

      De manera un poco provisional y mejorable, podría hablarse de: «países dominados por burguesías débiles, sin la suficiente base industrial, tecnológica ni militar, como para tener una política económica propia, que se ven forzadas a permitir la inversión de capitales de otras potencias, las cuales obtienen una mayor tasa de ganancia, y que además imponen las políticas que favorecen la reproducción de dichos capitales, quedando la economía nacional enfocada a satisfacer las necesidades económicas de otras potencias, con una fuerte exportación de materias primas y productos industriales».

  2. Eso, eso, lo importante de la noticia es que ya no se le puede seguir llamando «tercer mundo» al tercer mundo. Tela marinera.

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