El capital financiero empieza a dudar del euro

En Europa la crisis no es sólo industrial y energética, sino también financiera. Desde que apareció hace 20 años, el euro está en el punto más bajo de su historia con respecto al dólar. “Es una tormenta prfecta”, dice el banco Nordea. Las importaciones son más caras y el euro caerá aún más.

El banco se pronuncia también sobre la crisis política, porque en definitiva el euro es un proyecto político: “La fragmentación política en Europa ha aumentado, con partidos políticos alejados del centro que ganan las elecciones”, asegura el banco.

Se refiere a Italia indirectamente, aunque la crisis no afecta a la estabilidad interna de la Unión Europea sino también a su máxima epresión financiera: el euro, que puede caer muy rápidamente, con secuelas que ningún país europeo está en condiciones de soportar: déficit comercial, escasez, desempleo y recortes presupuestarios.

Las tensiones políticas acabarán siendo tan fuertes entre los países de la zona del euro que el riesgo de fragmentación aumentará. En este contexto tan tenso, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha hecho unas declaraciones que no dejan lugar a dudas.

El Banco Central Europeo no se dedica a corregir los errores de la política nacional, dice Lagarde. “El Banco Central Europeo no activará su nueva herramienta antifragmentación IPT (Instrumento de Protección de la Transmisión) para aliviar los costes de endeudamiento de los Estados miembros si estos aumentan debido a errores de política interna”.

En Italia la Unión Europea ha perdido a su peón más dócil, Mario Draghi, que en sus tiempos dijo -a diferencia de Lagarde- que el Banco Central Europeo haría lo que fuera necesario para sostener el euro.

Pero la situación ha cambiado y ahora es mucho peor que en tiempos de Draghi. Ya no se hacen declaraciones incondicionales. Ni siquiera de apoyo a los países que, como Italia, están en bancarrota. Que se las arreglen como puedan.

Pero Lagarde ha dado otro paso más. Ha dicho que “podrían ser necesarias medidas adicionales si la inflación no desciende a alrededor del 2 por cien cuando los tipos de interés alcancen el llamado nivel neutro, el nivel que no estimula ni obstaculiza la economía”.

Es una amenaza. Hay que prepararse bien para esas “medidas adicionales” de Lagarde.

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