Como pollo sin cabeza

Darío Herchhoren

La expresión utilizada para poner título al presente artículo viene de la forma en que hace años se sacrificaba a los pollos; y que consistía en que el matarife utilizaba un pesado cuchillo o un hacha para descabezar de un solo golpe a los pollos, que una vez arrancada su cabeza corrían unos metros sin ella para caer luego muertos.

El análisis de la política turca, hace verosimil la utilización de esa expresión para calificar a esa política, que zigzaguea de un lado a otro sin cabeza.

Veamos algo de la historia de Turquía: Los llamados turcos otomanos se hicieron con el imperio romano de oriente conocido como Bizancio o Imperio Bizantino en 1453, cuando ocupan Bizancio su capital, antes conocida como Constantinopla o Constantinópolis, en recuerdo del emprerador romano Constantino, que divide el viejo imperio romano entre sus hijos Arcadio y Honorio, dando a uno de ellos el imperio romano de Oriente.

Los turcos provienen de la región de Altai en Asia Central, donde existen a día de hoy poblaciones de origen turco en lo que se conoce como el Turquetán Ruso y el Turquestán Chino. En China esa población es conocida como Uigur, y profesan la religión musulmana; y en Rusia son conocidos como tayicos, donde fueron reconocidos por la antigua URSS, como República Socialista de Tayiquistán.

La historia de Turquía está condicionando el presente turco, y hay que tener en cuenta que ello implica ciertas fidelidades a la tradición, aunque a veces esas fidelidades se entrecruzan. Tenemos por un lado el origen asiático; por otro lado la creación del imperio otomano que abarcaba grandes territorios en el norte de Africa, donde en Libia se asentaron los misratas, de origen turco, todo Egipto y Sudán, la península arábiga, y lo que se conoce como cercano oriente (Siria, Irak, Líbano y Palestina).

La alineación de Turquía con las llamadas potencias centrales (Alemania y Austria Hungría) en la guerra de 1914-1918, implicó en la práctica el fin del imperio turco, que ya se caía a pedazos; y la fundación por parte de Mustafá Kemal Ataturk (El padre de los turcos) de la República Turca en 1919, que mantiene los territorios actuales.

En esa fundación Turquía pierde Grecia, una parte de lo que era Yugoeslavia, Chipre y Albania.

A partir de ese momento, y sobre todo después de la muerte de Mustafá Kemal, es el ejército el que ejerce el poder real en Turquía; hasta que un partido socialdemócrata  encabezado por Bulent Ecevit consigue quitar el poder a los militares; hasta que estos vuelven a dar otro golpe, y retoman sus viejas costumbres golpistas.

La economía turca crece rápidamente; y ello lleva a que Turquía intente entrar en la Unión Europea; pero para ello, hay que abrazar ciertas formas democráticas, aunque solo sean formales; y cuando se adoptan esas formas, la UE da largas, y le hacen saber al gobierno de Turgut Ozal, que la UE, es un club cristiano, y que solo le darán el status de asociado a la UE.

Así las cosas, Turquía  no encuentra un lugar en el mundo. No rompe con la OTAN de la cual forma parte con un ejército de dos millones de soldados, el mayor de la OTAN; pero intenta una luna de miel con Rusia, comprándole armas como los lanzacohetes S300 y S400. Primero forma un mercado común con Siria, y luego apoya a los yihadistas contra el gobierno sirio; firma acuerdos para llevar la paz al desangrado pueblo sirio con Rusia; y finalmente se revuelve contra Rusia, entorpeciendo el accionar de los militares rusos en Siria.

Esto le  ha costado a Turquía la pérdida más de cien  blindados en los últimos días que fueron destruidos por la aviación rusa, y una llamada de atención del ministro ruso Lavrov.

Penden de un hilo las exportaciones turcas de frutas, verduras y aves de corral a Rusia, y su posible pérdida significaría un durísimo golpe a su economía.

Pero esto hay que inscribirlo dentro de la nueva guerra fría que los EEUU están llevando a cabo contra Rusia. Los EEUU han firmado con Grecia un acuerdo por el cual Grecia entrega a los EEUU el control de todas sus bases militares, lo cual implica que los EEUU intentarán estrangular a Rusia, cerrando el Mar Negro a la navegación de buques rusos a través de los Dardanelos, con el finde no permitir el paso a las naves rusas hacia el Mediterráneo.  En el ejército turco conviven las tendencias pro rusas y las pro yanquis; y es muy posible que veamos en un futuro próximo un nuevo golpe de estado. ¿Quien lo dará primero? Hay que esperar para verlo. Mientras tanto los EEUU protegen al clérigo turco Fetullah Gulem, que vive refugiado en su territorio, y que puede serles de utilidad en los intentos de socavar al gobierno de Erdogan, que sigue corriendo como un pollo sin cabeza, aunque todavía la mantiene en su sitio. No olvidemos que la CIA ya intentó decapitar a su gobierno hace pocos años, y que gracias a la información que Rusia facilitó al gobierno de Erdogan este pudo abortarlo.

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