Borrell en Rabat: cómo enterrar la corrupción del Parlamento europeo

La visita de Borrell a Rabat, que acabó ayer, se ha justificado con motivos banales, según las notas oficiales difundidas por ambas partes, que no se han preocupado ni siquiera de disimular.

Borrell fue a Marruecos para tapar definitivamente el nido de espías del Parlamento Europeo porque, como dijo Naser Burita, ministro de Exteriores marroquí, la investigación del escándalo de la red de sobornos del Parlamento Europeo es un “acoso judicial y mediático continuo” (*). Marruecos y la Unión Europea debían “proteger” sus relaciones comunes, añadió Burita.

Menos mal que los espías no trabajaban para el Kremlin porque la presión mediática hubiera sido insoportable. Pero Marruecos es un amigo intocable porque su gobierno está avalado por Estados Unidos e Israel.

Pronto las aguas volverán a su cauce y las preguntas se quedarán sin contestar. Se nos ocurren algunas sobre el Sáhara, la emigración, los fosfatos, la pesca.. Pero también la siguiente: ¿por qué muchos de los yihadistas que cometieron atentados en Europa eran marroquíes, pero casi ningún crimen se cometió dentro de Marruecos?

Ocurre lo mismo que con Arabia saudí: durante los años de la pleamar yihadista, resultó sorprendente que muchos de los autores de los atentados fueran saudíes, pero pocos los cometieran en su propio país. Pues lo mismo se puede decir de los marroquíes.

Los servicios secretos de Marruecos (y por lo tanto Estados Unidos e Israel) controlaban a los yihadistas que cometieron los atentados en España, Francia, Bélgica y otros países europeos. Lo mismo que con la emigración, los yihadistas eran otro instrumento con el que Marruecos presionaba a los europeos.

El nombre de un dirigente de la inteligencia marroqouí, Mohamed Belahrache, aparece en el escándalo de espionaje con el número de código M118. Se trata de un personaje oscuro que ya apareció ligado al Consejo Francés de la Fe Musulmana (CFCM). A su vez Belahrache era el jefe del embajador Atmoun, nudo de la red parlamentaria corrupta en Bruselas.

Como el islam no tiene un Vaticano, las organizaciones musulmanas europeas se forman en torno a lealtades “consulares”, dominadas por el país de origen y su dinero. Como en cualquier otro ámbito, en el islam se cumple el principio de que quien paga manda.

Belahrache reside en Francia desde 2010 y sobre él pesa una orden de detención desde marzo de 2018 por “corrupción de funcionarios públicos en Francia”. La acusación se refiere a la PAF (policía francesa del aire y fronteras). A través de un alto oficial de la PAF, Marruecos se informaba de los movimintos de las personas en busca y captura, incluidas las que figuran en la lista S (Seguridad del Estado), que incluye a los yihadistas.

Hace años que hay corrupción de funcionarios públicos en Francia y en otros países de la Unión Europea. Borrell ha ido a Rabat para tapar la pista del dinero. En un asunto de corrupción, es más interesante conocer al que paga que al que cobra.

En este caso, si Borrell ha ido a Rabat a tapar la pista del dinero, significa que tienen que cargar las culpas contra la camarilla de eurodiputados que se llenaron los bolsillos. Ellos son los cabezas de turco.

(*) https://www.msn.com/es-es/noticias/internacional/marruecos-califica-de-acoso-medi%C3%A1tico-y-judicial-la-investigaci%C3%B3n-por-el-qatargate/ar-AA1623yh

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