Azovstal: una fábrica construida gracias a los planes quinquenales soviéticos

El complejo siderúrgico Azovstal, uno de los mayores del mudo, fue construido en los años treinta del siglo pasado, en tiempos de los planes quinquenales soviéticos. Fue destruido tras el ataque del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial y volvió a ser reconstruido y ampliado tras la victoria del Ejército Rojo en 1945.

Las instalaciones contaban con una especie de urbanización, centro comercial e instalaciones deportivas para los trabajadores. También construyeron subterráneos, que inicialmente sirvieron para el transporte de personas y materiales bajo la factoría. Durante la Guerra Fría los subterráneos se ampliaron con fortines de hormigón, capaces de soportar el impacto de armas nucleares.

Tras la disolución de la URSS, la empresa, que era de titularidad pública, fue vendida por el gobierno ucraniano a un conocido oligarca, Rinat Leonidovych Ajmetov que, durante años, fue miembro del Partido de las Regiones. Era el partido gobernante en Kiev en el momento del Golpe de Estado fascista de 2014.

Rinat L. Ajmetov

Tras el golpe llegó la guerra civil al Donbas y, fiel a su nombre, el Partido de las Regiones defendió los Acuerdos de Minsk y la autonomía para Lugansk y Donetsk.

Cuando el gobierno central convirtió a los Acuerdos en papel mojado, Ajmetov tomó postura por los golpistas nazis contra el Donbas. Siempre apuesta por el caballo ganador. Como su fábrica estaba en el Donbas y había sido incautada por la República Popular de Donetsk, promovió activamente la guerra contra la población civil para recuperar sus dominios. No lo logró en su totalidad; sólo lo suficiente para que Azovstal quedara fuera del alcance de las milicias populares… hasta hace unos pocos días.

Ajmetov ocupa el lugar 330 en la lista Forbes de los magnates más ricos del planeta. Es dueño del club de fútbol Shajtar Donetsk. Pero no es un capitalista típico sino alguien estrechamente vinculado al crimen organizado, como la mayor parte de los oligarcas ucranianos. Como buen “nacionalista”, es conocido porque las ramificaciones de sus empresas, reales y ficticias, empiezan y acaban en paraísos fiscales.

En la noche del viernes comenzó la evacuación de los últimos civiles que quedaban en los subterráneos. El Batallón Azov había anunciado que los dejaría partir a cambio de agua y alimentos. Los zapadores del ejército ruso tuvieron que quitar las minas que el Batallón había colocado en el corredor humanitario que debían seguir los civiles.

Aprovechado la evacuación, un grupo de nazis intentó escapar en un vehículo rompiendo el cerco, pero no lo lograron. Uno murió y algunos resultaron heridos. Otro grupo salió con una bandera blanca para negociar su rendición con las tropas rusas.

Ayer se supo que el 75 por ciento de los más 50 civiles que se encontraban en los subterráneos de la acería y fueron evacuados, decidieron instalarse en las zonas liberadas de la República Popular de Donetsk, e incluso en Rusia. El asentamiento se vio favorecido por el restablecimiento de los suministros de luz y agua a Mariupol.

También se supo que el ejército ruso ya ha entrado en una parte de los subterráneos, donde ha tomado posiciones.

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