Aumento histórico de los asesinatos el año pasado en Estados Unidos, en plena pandemia

El año pasado Estados Unidos registró un aumento sin precedentes del número de asesinatos. Crecieron cerca de un 30 por ciento con respecto al año anterior, hasta unos 21.500, según informó el FBI.

La pandemia sembró el miedo y las ventas de armas crecieron exponencialmente. El FBI asegura que el 77 por ciento de los asesinatos se cometieron con armas de fuego, el porcentaje más alto jamás registrado.

A principios de este año la Comisión Nacional del covid-19 y Justicia Penal de Estados Unidos ya había pronosticado un aumento del 30 por ciento en el número de asesinatos cometidos durante la pandemia, según datos de 34 ciudades. Varias de ellas ya habían informado de un aumento en el número de crímenes violentos, pero las cifras del FBI han ofrecido la situación en todo el país.

Se trata del aumento más pronunciado en el número de asesinatos desde que el FBI comenzó a recopilar datos en la década de 1960. Se registraron 6,5 asesinatos por cada 100.000 personas. En 2019 la tasa fue de 5 por cada 100.000.

El salto se produjo en todos los Estados del país, tanto en los grandes centros urbanos como en las pequeñas localidades y en los municipios gobernados tanto por demócratas como por republicanos.

El aumento de los asesinatos se produjo al mismo tiempo que la caída de otros tipos de delitos en 2020, como el robo. Asher señala que los delitos contra la propiedad registraron su decimoctavo año consecutivo de disminución el año pasado, un resultado probablemente influenciado por el cierre de los establecimientos comerciales debido a la pandemia.

El confinamiento creó un embudo social

No hay un único factor que explique el aumento histórico en un año marcado por la pandemia del coronavirus, la crisis económica, el auge de la venta de armas de fuego y las protestas contra el racismo y la brutalidad policial que causaron que millones de personas salieran a las calles en todo el país.

La pandemia extendió la ansiedad entre la población por el miedo a contraer la enfermedad. Fue como un gran embudo social. El aislamiento cerró escuelas, iglesias, bares e instalaciones de ocio, encerrando y aislando a las personas en sus propias viviendas, sin ninguna posibilidad de socialización.

La pandemia también provocó una reducción de los programas de prevención y asesoramiento de la violencia, suspendidos debido a la necesidad de preservar el distanciamiento social.

Además, millones de estadounidenses perdieron sus trabajos y enfrentaron problemas financieros como resultado de la pandemia.

Asustados y armados hasta los dientes

Desde el comienzo de la pandemia, los comerciantes de armas de todo el país informaron de un fuerte incremento en las ventas, con tiendas abarrotadas, largas colas en las aceras y temores de que las reservas de municiones no sean suficientes para satisfacer la demanda.

Se estima que casi 40 millones de armas se vendieron legalmente en el país en 2020, el número más alto desde que el FBI comenzó a recopilar estos datos en 1998.

Los datos preliminares señalan que esta año seguirá la tendencia. Los índices de aesinatos registrarán otro salto, aunque menor que el año pasado.

Una muestra de 87 ciudades de Estados Unidos con datos al menos hasta fines de junio, indica un aumento del 9,9 por ciento en el número de asesinatos en comparación con el mismo período del año pasado.

En Las Vegas el crecimiento ya supera el 62 por ciento. En Portland supera el 81 por ciento.

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