40 congresistas quieren incluir al Batallón Azov en el listado de organizaciones terroristas

40 miembros del Congreso de Estados Unidos se han dirigido oficialmente al Secretario de Estado, Mike Pompeo, para preguntarle por qué el Batallón Azov no está incluido en el listado de organizaciones terroristas.

La petición es consecuencia de un fracaso: la guerra del Donbas no ha logrado desestabilizar a Rusia y, por lo tanto, lo que concierne a Ucrania ya no interesa a casi nadie. En cuanto los peones del imperialismo dejan de cumplir su papel, como el Batallón Azov, se les puede arrojar por la borda sin contemplaciones.

Ahora bien, en Estados Unidos la actualidad ha vuelto a Ucrania por la puerta falsa: con una reedición del “candidato manchú”, o sea, a causa de las inmediatas elecciones presidenciales.

Nosotros lo podemos aprovechar para aprender (de una vez) lo que es el fascismo. A ver si somos capaces de ello: en Ucrania los imperialistas apadrinaron a perros nazis, como el Batallón Azov, en 2014 porque los necesitaban para que cumplieran su papel de mamporreros.

Los partidos y grupos nazis, cualesquiera que sea su nombre, no son absolutamente nada sin el Estado al que sirven, lo mismo que los curas y reverendos no son nada sin las religiones y las capillas. Lo que es fascista es el Estado que los sustenta, no la parafernalia del grupo, sus consignas, ni sus emblemas, ni sus tonterías.

Otra cosa es cuando ya no son necesarios. Cuando los fascistas han cumplido su papel, hay que esconderlos debajo el felpudo, no vaya a ser que se descubra la verdadera naturaleza de quien está detrás, del director de orquesta.

Entre los 40 congresistas se encuentra Max Rose, diputado por Nueva York, que publicó la carta en su página web y rápidamente fue suscrita por otros 39 parlamentarios de diferentes Estados, pertenecientes todos ellos al Partido Demócrata.

“Hoy en día si un ciudadano estadounidense jura lealtad al Califato Islámico y difunde sus conexiones terroristas, el gobierno tiene varias herramientas a su disposición para contrarrestar la amenaza. Sin embargo, si el mismo ciudadano estadounidense jura lealtad a un violento grupo de extremistas blancos en el extranjero y difunde su retórica terrorista, el gobierno federal no tiene acceso a las mismas herramientas […] El Batallón Azov es una organización policial ultranacionalista muy conocida en Ucrania, que invita abiertamente a los neonazis a unirse a sus filas […] En la historia relativamente corta de este grupo, la ONU ha registrado violaciones de derechos humanos y casos de tortura. A pesar de estos hechos, según el FBI, Azov ha estado reclutando, radicalizando y entrenando a ciudadanos estadounidenses durante años […] El vínculo entre Azov y los ataques terroristas en los Estados Unidos es obvio […] Además de Azov, los miembros del Congreso exigen que las organizaciones derechistas Nordic Resistance Movement (Suecia) y National Action (Gran Bretaña) también sean incluidas en la lista de terroristas”.

Los diputados esperan una respuesta para el 4 de noviembre pero, mientras tanto, la prensa ucraniana ha estallado en titulares (*) porque el Batallón nazi forma parte ahora del Estado ucraniano y no les gusta aparecer en el entramado del racismo y el terrorismo blanco.

El pecado original perseguirá a Ucrania en el futuro, del mismo modo que le persigue a España.

(*) https://www.forumdaily.com/en/kongressmeny-ssha-trebuyut-vnesti-ukrainskij-polk-azov-v-spisok-terroristicheskix-organizacij/

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